Por favor, disculpe el atrevimiento, 
usted un galán exitoso
y yo, tan vulgar y corriente.

Pero, ¿cómo se le ocurre a una plebeya fijarse en la corte?
¿Cómo aspirar a tan alto privilegio?
Disculpe usted la osadía
querer entrar en su vida, 
y que forme parte de la mía.

Excúseme la imprudencia, su majestad 

de entregarle algo genuino, 
de eso que a usted a pesar de toda su riqueza, 
jamás le han ofrecido.

Pero no se preocupe usted por ello,
pues todo tiene solución,
como remedio a tan inconcebible afrenta, 
le devuelvo su etiqueta, 
su vida de fantasía, 
la fama y sus lujos vanos.

¿Y yo?, yo me quedo con mis humildes pertenencias, 
con mi corriente vida, 
con todo eso que jamás será suficiente para usted,
me quedo conmigo;
usted afortunadamente,
continuara con su trono, su corona y su alma vacía.

- Yessenia Quintero Fuentes