En un mundo en el que todo había perdido su color y los días pasaban con una oscuridad penetrante quedaba una última oportunidad. El último rayo de sol estaba escondido es una sonrisa que vagaba por las calles rogando ser encontrada. 

  O al menos así era para Gabriel en esta época de su vida en la que olvidó totalmente como sonreír y como hacer sonreír a los demás.
La sonrisa que él buscaba estaba guardada en la boca de la mujer más hermosa que él vería jamás. Llegaría el día en el que finalmente esa sonrisa clarifique su vida.

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  El momento llegó  un día en el que Gabriel estaba perdido en la tediosa rutina del metro. Estaba ahí justo frente a él, la mujer más hermosa que había visto pero con su sonrisa todavía escondida. Atónito la miró, contemplando todos sus detalles, analizando sus formas, conservando esas primeras imágenes en su memoria. En un momento tan impredecible, imponente y efímero como para ser descrito, ella le sonrió y todo el mundo recobró el alborozo, el color y la musicalidad que había perdido antes y esta vez se quedaría para siempre porque esa simple sonrisa había sido por fin encontrada por la persona que más la necesitaba.

-  Fabián Carrión